Los 17 objetivos mundiales de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible entraron en vigor el 1 de enero de 2016. En 2030 se concretarán los resultados de esta ambiciosa agenda, que con sus claroscuros, está resultando difícil de asimilar por la complejidad de los problemas que abarca.
La nueva agenda internacional se centra en la erradicación de la pobreza, la reducción de las desigualdades y el desarrollo sostenible como un todo indivisible, en el que los derechos humanos deben constituir un pilar básico.
Los pasos para aplicar de forma universal los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) pasan, necesariamente, por la “localización”. Cada país, región o municipio debe adaptar los objetivos de la agenda a su propia realidad, a su propio desarrollo. En palabras del antiguo Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki Moon: “La implementación es la prueba de la nueva agenda”.
La ciudadanía tiene un rol primordial en la definición del desarrollo que cada país, región o municipio quiere seguir, sin olvidar la imprescindible participación de aquellas personas que siempre se quedan atrás. Sin embargo, los espacios para la participación en la toma de decisiones públicas por parte de la ciudadanía no cuentan con la madurez que cabría esperar. A lo que hay que añadir la potente influencia del sector privado.
El 2018 augura en nuestro país algunos avances en la implementación de la agenda internacional. El Gobierno central designó en julio de 2017 a un embajador para la Agenda 2030 del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC), Juan Francisco Montalbán, y en septiembre del mismo año, se creó el Grupo interministerial de Alto Nivel para la Agenda 2030, siendo el propio MAEC quien ostenta la presidencia. El Gobierno se ha comprometido a presentar el informe voluntario de los ODS en el Foro Político de Alto Nivel de la ONU, en julio de 2018.
Algunas autonomías y municipios llevan tiempo trabajando en la integralidad de los ODS en las políticas públicas, con mayor o menor recorrido, como la Generalitat Valenciana, el Gobierno Vasco, el Ayuntamiento de Madrid y el Ayuntamiento de Valencia. Estas iniciativas constituyen una oportunidad en 2018 para que España se comprometa de verdad con el desarrollo sostenible y consiga resultados tangibles durante los años restantes.
El trabajo de las organizaciones del Tercer Sector ha sido intenso desde la puesta en marcha de los ODS, ya que constituyen un marco excepcional para las demandas del sector. Este 2018 tienen la oportunidad de potenciar la agenda, tanto en el ámbito doméstico como internacional, gracias a las iniciativas gubernamentales.
Las ONG enfrentan 9 retos en este año para avanzar en los 17 objetivos mundiales de desarrollo sostenible:
- Participar en la definición de las metas e indicadores en las estrategias gubernamentales de los ODS a todos los niveles.
- Ahondar en el papel de la ciudadanía como protagonistas del desarrollo, acompañando y apoyando a los más vulnerables, y trasladar sus propuestas y exigencias a las planificaciones propias y de los poderes públicos.
- Colaborar en la definición de la línea de base que constituirá el informe voluntario de los ODS que se presentará en el Foro Político de Alto Nivel de la ONU este año.
- Controlar y exigir el cumplimiento de los compromisos y obligaciones de los poderes públicos con los ODS, especialmente de aquellos que los informes indican que están más atrasados. En el caso español, en el Índice de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG Index & Dashboards 2017) elaborado por Sustainable Development Solutions Network de Naciones Unidas (SDSN, por sus siglas) los ODS de medio ambiente y trabajo obtienen los peores resultados.
- Mantener un trabajo en red productivo en consonancia con el ODS 17, por ejemplo entre ONG de diferentes sectores, emprendedores, medios de comunicación, poderes públicos… buscando las “alianzas improbables”.
- Denunciar situaciones de exclusión ante los poderes públicos, dejando a un lado el discurso de las necesidades y garantizar los derechos humanos.
- Conseguir que la política de cooperación al desarrollo vuelva a ser relevante.
- Comunicar, sensibilizar y educar sobre los ODS.
- Potenciar el papel de la ciudadanía y las organizaciones en su implementación y seguimiento.
En definitiva, queda un largo proceso para el cumplimiento de la Agenda 2030, en el que las organizaciones del Tercer Sector no sólo debemos estar presentes, sino que queremos tomar las decisiones sobre nuestro futuro junto a nuestros colectivos.